Trio con el esposo cornudo


En un pequeño pueblo costero, Lucas se encontraba atrapado en una rutina monótona con su esposa, Vanessa. Su matrimonio parecía haber perdido el fuego que alguna vez los unió, y Lucas anhelaba desesperadamente despertar de nuevo esa pasión perdida.

Un día, mientras Lucas trabajaba en su oficina, recibió una llamada anónima. La voz al otro lado le susurró al oído una revelación impactante: su esposa, Vanessa, lo estaba engañando con otro hombre. La ira y la tristeza se apoderaron de Lucas, pero también despertó en él una curiosidad morbosa y un deseo oculto de descubrir más.

Decidido a encontrar la verdad, Lucas siguió a Vanessa sigilosamente una noche. La vio entrar en un bar local, donde se encontró con un hombre misterioso. Él la abrazó con pasión, sus manos explorando cada curva de su cuerpo. Lucas se sintió abrumado por una mezcla de celos y excitación al presenciar la traición de su esposa.

Decidido a obtener una visión más cercana de la escena, Lucas se acercó sigilosamente al par de amantes. Observó cómo el desconocido acariciaba las tetas de Vanessa, apretándolas con fuerza mientras ella gemía de placer. Sus pezones se endurecieron bajo su tacto, y Lucas no pudo evitar sentir una punzada de lujuria mezclada con el dolor de la traición.

El desconocido, con una sonrisa pícara en su rostro, deslizó sus manos por el culo de Vanessa, apretándolo con deseo y provocando una ola de excitación en su cuerpo. Sus nalgas redondas y firmes se movían al ritmo de sus caricias, invitando a más placer y deseo desenfrenado.

Sin perder tiempo, el desconocido guio a Vanessa hacia un rincón oscuro del bar, donde se encontraba una mesa vacía. La tumbó sobre ella, dejando al descubierto su coño húmedo y ansioso. Lucas, desde su escondite, podía ver cómo el hombre se arrodillaba frente a Vanessa, su verga erecta y palpitante invitándola a tomarla en su boca.

Vanessa, rendida a sus deseos más oscuros, envolvió su boca alrededor de la verga del desconocido, sintiendo su sabor salado y la textura de cada venilla que la recorría. Cada embestida de su boca provocaba gemidos de placer en ambos, mientras Lucas se veía obligado a presenciar la intensidad de su traición.

Mientras el desconocido disfrutaba del coño de Vanessa, Lucas se debatía entre la ira y el deseo. El espectáculo de su esposa siendo poseída por otro hombre despertó en él una pasión desenfrenada que no podía controlar. Su verga se endureció y anheló la sensación de placer que solo Vanessa podía brindarle.

Mientras Lucas observaba a su esposa siendo devorada por el desconocido, su propio deseo se volvía incontrolable. Sin poder resistirse más, se acercó sigilosamente a la escena, decidido a unirse a ellos en un torbellino de lujuria y traición.

Vanessa, absorta en el éxtasis de la pasión, no se percató de la presencia de Lucas hasta que sintió sus manos fuertes y dominantes sobre sus tetas. Las acarició con avidez, amasándolas con pasión mientras el desconocido continuaba embistiendo su coño con fuerza. Los gemidos de Vanessa se convirtieron en un coro de placer, llenando el aire con su melodía erótica.

Lucas no pudo resistirse a la tentación de probar el dulce néctar que emanaba del coño de su esposa. Se arrodilló detrás de ella, separando sus nalgas para revelar el apetitoso tesoro que se escondía entre ellas. Con la lengua ansiosa, exploró cada rincón de su coño, saboreando su humedad y sintiendo cómo se estremecía bajo su toque.

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Mi esposa Vanessa

Mientras Lucas se perdía en el sabor y la textura del coño de Vanessa, el desconocido se puso de pie frente a ellos, su verga erecta y palpitante, ansiosa por unirse a la fiesta. Sin pensarlo dos veces, Vanessa tomó su verga en su mano y la guió hacia su boca sedienta, saboreando el contraste entre el sabor de Lucas y el desconocido en su boca.

Mientras el desconocido recibía el placer de la boca de Vanessa, Lucas no podía resistirse más. Se levantó y, con una mezcla de lujuria y deseo, penetró su coño mojado y caliente. Cada embestida era una explosión de placer, una mezcla de amor y traición que los envolvió a todos en un torbellino de éxtasis.

El trío se entregó por completo al placer desenfrenado, explorando cada rincón del cuerpo del otro con una pasión insaciable. Los gemidos llenaron la habitación, mezclándose en un sinfín de deseos ocultos y secretos compartidos.

Lucas, Vanessa y el desconocido se entregaron por completo a la pasión que los envolvía, explorando cada rincón de sus cuerpos con una lujuria desenfrenada.

Los gemidos y suspiros llenaron la habitación, mientras el éxtasis los arrastraba hacia un clímax compartido. Lucas sintió cómo su verga pulsaba dentro del coño de Vanessa, mientras el desconocido se dejaba llevar por el mar de sensaciones que inundaban su cuerpo.

En un estallido de éxtasis, los tres alcanzaron el punto culminante de su placer. El orgasmo sacudió sus cuerpos, liberando una oleada de placer intenso y convirtiendo la habitación en un remolino de sensaciones indescriptibles.

Después de ese momento de éxtasis compartido, los amantes se separaron, recuperando el aliento y mirándose unos a otros con una mezcla de satisfacción y complicidad. Sabían que habían cruzado los límites de la moralidad y el compromiso matrimonial, pero también habían experimentado un placer que les había hecho sentir vivos de nuevo.

Con el corazón acelerado, Lucas y Vanessa se miraron a los ojos, conscientes de que habían abrazado una parte oscura de sí mismos. A pesar de los remordimientos que pudieran surgir, sabían que habían encontrado una forma de reavivar la pasión en su matrimonio, aunque fuera a través de un camino peligroso y desafiante.

Prometiéndose mantener este encuentro como un secreto compartido, los amantes se despidieron, sabiendo que sus vidas habían cambiado para siempre. A medida que cada uno se alejaba por caminos separados, llevaban consigo el recuerdo de una noche de transgresión y deseo, una noche en la que habían descubierto nuevas dimensiones de placer y explorado los límites de su propia sexualidad.

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