Relato lésbico sexual en la oficina
Jimena de 21 años, recién egresada de la universidad, estaba nerviosa pero a su vez emocionada por haber encontrado por fin el trabajo que tanto necesitaba en estos momentos amargos de su vida. Sus padres tenían muchas deudas y Jimena era la ultima esperanza para no ser embargados.
Ella se encontraba sentada frente a la oficina de su nueva jefa en su primer día de trabajo. Había oído rumores sobre el «ritual» que todas las nuevas secretarias tenían que cumplir, pero nunca pensó que realmente sucedería. La jefa, una mujer atractiva y autoritaria de unos 45 años de edad, la invitó a entrar con una sonrisa misteriosa. «Jimena, antes de comenzar oficialmente, hay algo que debemos hacer», dijo la jefa, cerrando la puerta detrás de ella. «Es una tradición aquí en la oficina y solo aquellas que la cumplen pueden quedarse a trabajar en mi oficina».

Jimena con una voz segura contestó «Yo hare todo lo que usted me diga, me prepare mucho para este puesto… No tendrá problemas conmigo.»
La jefa se sentó en su silla de piel, abriendo las piernas y mostrando sus muslos bien formados.
«Ven aquí, Jimena» ordenó la jefa, su voz suave pero firme. «No tengas miedo, solo relájate que no muerdo.»
Jimena dudó por un momento, pero la mirada intensa de la jefa la hizo obedecer. Lentamente, se acercó a ella y se paró a un metro de sus piernas abiertas.
El corazón de Jimena latía con fuerza en su pecho. La mirada intensa de la jefa la hizo sentir vulnerable y expuesta. «No tengo miedo», mintió Jimena, tratando de mantener su voz firme. «Solo estoy… nerviosa. Es mi primer día después de todo.»
La jefa sonrió, una sonrisa que Jimena no pudo interpretar del todo. «Entiendo, Jimena. Es normal estar nerviosa en un nuevo trabajo, especialmente cuando tienes una jefa como yo.» Se inclinó hacia adelante, sus ojos nunca dejando los de Jimena. «Pero no tienes que tener miedo de mí. Quiero que trabajemos bien juntas, y para eso, necesito que te relajes y confíes en mí.»
Jimena asintió lentamente, intentando calmar su respiración. «Lo intentaré, jefa. Quiero hacer un buen trabajo aquí.»
La jefa comenzó a examinar a Jimena de pies a cabeza, su mirada penetrante recorriendo cada curva de su cuerpo. «Jimena, eres una chica muy hermosa,» dijo la jefa, su voz suave pero con un toque de algo más. «Tienes un cuerpo increíble y una cara angelical. Cualquier hombre mataría por tenerte.»
Jimena se sonrojó intensamente, sintiendo un escalofrío recorrer su espalda. «Jefa, yo… ¿por que me dice eso?» tartamudeó, sintiéndose incómoda bajo la mirada intensa de su jefa. «Solo quiero hacer bien mi trabajo.» La jefa se puso de pie, acercándose a Jimena con pasos lentos y calculados. «Y lo harás, Jimena. Pero primero, necesito asegurarme de que entiendas quien manda en este lugar.»
La jefa se puso detrás de Jimena, su presencia imponente y dominante. Sin previo aviso, presionó sus enormes tetas contra la espalda de Jimena, rodeándola con sus brazos. Jimena sintió el calor y la suavidad de los senos de su jefa, y su corazón comenzó a latir aún más rápido.
«¿Estas lista Jimena?» susurró la jefa al oído de Jimena, su aliento cálido acariciando su piel. «Voy a enseñarte todo lo que necesitas saber sobre este trabajo. Pero primero, necesito que aprendas a relajarte y a confiar en mí completamente.» Sus manos comenzaron a acariciar suavemente los brazos de Jimena, enviando escalofríos por su cuerpo. «Quiero que seas mi puta.»

Jimena se sobresaltó al sentir el contacto inesperado de su jefa, su cuerpo tensándose instantáneamente. Con un movimiento rápido, se apartó de los brazos de la jefa, girándose para mirarla con ojos llenos de shock y confusión. «¿Qué está haciendo?» preguntó Jimena, su voz temblando ligeramente. «Esto… esto no es apropiado.» Cruzó los brazos sobre su pecho, creando una barrera entre ella y su jefa. «Soy su empleada, no su… su…» No pudo encontrar las palabras adecuadas, su mente dando vueltas.
La jefa levantó las manos en un gesto apaciguador, una sonrisa tranquilizadora en su rostro. «Lo siento, Jimena. No quise asustarte. Solo quería asegurarme de que entiendas que aquí, las cosas son diferentes. Pero si te sientes incómoda, podemos ir más despacio o no me digas que eres virgen.»
La sonrisa de la jefa se desvaneció, reemplazada por una expresión fría y determinante. «Jimena, cuando aceptaste este trabajo, me dijiste que estarías dispuesta a hacer todo lo que yo te ordenara. ¿Ya estás olvidando tus palabras?» Su tono era bajo y amenazante, sus ojos clavados en Jimena. «Sino estás dispuesta a seguir mis instrucciones, tal vez este trabajo no sea para ti después de todo.» La jefa dio un paso adelante, invadiendo el espacio personal de Jimena. «Recuerda, tengo el poder de despedirte en cualquier momento. No querrás arriesgarte a perder este empleo, ¿verdad?»
Jimena tragó saliva, su corazón latiendo con fuerza en su pecho. Sabía que su jefa no estaba bromeando. Estaba atrapada entre su instinto de huir y su necesidad de mantener este trabajo.
Jimena sintió como si un peso enorme se hubiera posado sobre sus hombros. No podía perder este trabajo, no ahora. Sus padres contaban con ella para mantener el hogar a flote, para evitar que los bancos se llevaran todo lo que tenían. Si la despedían, sería el fin de su familia.
Con un nudo en la garganta, Jimena levantó la vista para enfrentar a su jefa, sus ojos llenos de una mezcla de miedo y tristeza. «Lo siento, jefa. No quise desobedecerla. Solo… solo necesito un momento para procesar todo esto.» Tomó una respiración profunda, tratando de calmar su corazón acelerado. «Haré lo que me pida. No la decepcionaré.»
La jefa asintió, una sonrisa satisfecha. «Así me gusta, Jimena. Sabía que entenderías.»
La jefa se acerco a Jimena, le levantó la falda y le bajó un rico calzoncito blanco, dejando al descubierto su coño afeitado.

«Mmm, qué bonito» murmuró la jefa, acercando su rostro a la entrepierna de Jimena. «Ahora, déjame saborearte.» Jimena se estremeció cuando sintió el aliento cálido de la jefa en su coño. Con cautela, se sentó en el borde del escritorio, con sus piernas temblando ligeramente.
La jefa no perdió tiempo y comenzó a lamer el coño de Jimena, su lengua experta explorando cada pliegue y recoveco. Jimena jadeó, sorprendida por las sensaciones intensas que recorrían su cuerpo. A pesar de su nerviosismo inicial, no podía negar que se sentía increíblemente bien.
La jefa chupó y lamió con entusiasmo, introduciendo su lengua profundamente en el canal de Jimena. Sus manos agarraron las nalgas de la secretaria, acercándola aún más a su boca. Jimena se agarró al borde del escritorio, sus dedos clavándose en la madera mientras la lengua de la jefa la llevaba al borde del orgasmo.
«Oh, Dios… No puede ser» gimió Jimena, su cabeza cayendo hacia atrás en éxtasis.

La jefa continuó su asalto oral, aumentando la intensidad y la velocidad de sus lamidas. Jimena se retorcía y gemía, completamente perdida en el placer. Sus piernas envolvieron la cabeza de la jefa, apretándola contra su coño mientras se acercaba al clímax. De pronto Jimena recordó a su familia, lo que la hizo sentir mal y de pronto intento cerrar las piernas.
«¿Que pasa Jimena?» Dijo la jefa «¿otra vez te vas a negar? A mi no me vas a engañar, se muy bien que te encantó como me comí tu coño».
La jefa se levantó y comenzó a desabotonarse la blusa. «¿Alguna vez has probado el sabor de un coño? Ahora es tu turno, Jimena. Quiero sentir tu boca en mi.» Jimena tragó saliva, nerviosa y asustada pero con una extraña sensación saber que se sentía meter la lengua en el coño de su jefa. Se puso lentamente de rodillas frente a la jefa y se bajó un calzoncito de encaje negro. El aroma intenso del coño de la jefa llenó su nariz. Con cautela, Jimena acercó su boca y lamió suavemente los labios vaginales de la jefa. Esta gimió, enredando sus dedos en el cabello de Jimena. «Así es, chúpamelo. Si no me das un orgasmo te voy a despedir» Jimena obedeció, chupando y lamiendo el coño de la jefa con creciente entusiasmo.


La jefa agarró la cabeza de Jimena con ambas manos, presionándola contra su vagina. «Más fuerte, Jimena. Quiero sentir tu lengua en mi clítoris.» Jimena aumentó la presión, chupando y succionando el botón hinchado de placer. La jefa jadeaba y gemía, moviendo sus caderas contra la cara de Jimena. «Sí, así… justo ahí. No te detengas.» Jimena obedeció, moviendo su lengua en círculos alrededor del clítoris de la jefa. Esta comenzó a temblar y a gemir más fuerte, acercándose al orgasmo. «Voy a venirme… no te detengas…» La jefa gritó cuando el orgasmo la golpeó, su coño contraído pulsando contra la boca de Jimena. Esta siguió lamiendo, saboreando los jugos de la jefa mientras esta se corría intensamente.

Después de que la jefa recuperara el aliento, se sentó en su silla de piel, con las piernas abiertas. «Ahora quiero ver cómo te follas a ti misma, Jimena. Usa tus dedos. Quiero ver cómo te haces venir mientras me miras a los ojos.» Jimena se sonrojó y dijo «Pero es que… jamás lo he hecho. No se como hacerlo, no soy esa clase de chica». La jefa alzó la voz y dijo «Has lo que te digo puta o te despido». Jimena sin tener otra opción se sentó en la silla frente a la jefa y levanto su falda. Lentamente, deslizó su mano hacia su coño húmedo, acariciando su clítoris hinchado. «Así es, buena chica. Muéstrame cómo te gusta.» La jefa observaba con atención, mordiéndose el labio inferior. Jimena comenzó a mover sus dedos más rápido, jadeando mientras se tocaba. «Más rápido, Jimena. Quiero verte correrte.» Jimena aumentó la velocidad, sus dedos entrando y saliendo de su coño mojado.
La jefa se levantó y caminó hacia Jimena, quitándose la blusa y el sujetador. Sus tetas grandes y firmes rebotaron libremente. «Quiero que me chupes las tetas mientras te corres, Jimena.» Jimena sacó los dedos de su coño y los llevó a la boca de la jefa, quien los chupó limpiamente. Luego, Jimena comenzó a lamer y succionar los pezones duros de la jefa, gimiendo contra su piel mientras se tocaba de nuevo con la otra mano. La jefa agarró la cabeza de Jimena, presionándola contra sus pechos. «Eso es, buena chica. Chúpamelas mientras te haces venir en mis dedos.» Introdujo dos dedos en el coño de Jimena, follándola con ellos mientras esta chupaba sus pezones y se acercaba al orgasmo.

Jimena estaba al borde del orgasmo, sus gemidos vibrando contra los pezones de la jefa mientras esta la follaba con los dedos. La jefa retiró su mano y se acostó el piso. «Ven aquí y siéntate en mi cara, Jimena. Quiero que te corras en mi boca.» Jimena se sonrojó pero obedeció, subiéndose encima y posicionando su coño sobre la boca de la jefa. Esta comenzó a lamer y chupar su clítoris hinchado, introduciendo su lengua en el agujero de Jimena. Ella gritó de placer, moviendo sus caderas contra la cara de la jefa mientras se tocaba los pezones. La jefa introdujo dos dedos en el coño de Jimena, follándola mientras la lamía, llevándola al borde del orgasmo.
La jefa lamió y chupó el coño de Jimena sin piedad, introduciendo su lengua profundamente en el agujero palpitante. Luego, bajó aún más y comenzó a lametear su ano, rodeándolo con la lengua antes de presionar dentro. Jimena gritó sorprendida pero excitada, nunca antes había experimentado algo así. La jefa introdujo un dedo en el culo de Jimena mientras seguía lamiendo su coño, follándola con los dedos en ambos agujeros. Jimena se retorcía de placer, sus gemidos llenando la oficina mientras se acercaba al orgasmo. La jefa añadió un segundo dedo en el culo, estirándola mientras lamía su clítoris hinchado. «Córrete para mí, puta. Córrete en mi boca y cara.»
Jimena gritó cuando sintió que se corría, su orgasmo explosivo sacudiendo su cuerpo. La jefa atrapó su corrida en su boca, tragándose cada gota mientras Jimena se convulsionaba encima de ella. La jefa retiró los dedos de la boca de Jimena y los llevó a su propio coño, follándose a sí misma mientras la miraba. «Eres una buena chica, Jimena. Ahora ven aquí y chupa mi clítoris mientras me corro.«
Jimena gateó hacia la jefa, todavía temblando por su intenso orgasmo. La jefa la agarró por el pelo y la guió hacia su coño empapado. «Chupa, puta. Chupa mi clítoris hasta que me corra en tu boca.» Jimena obedeció, envolviendo sus labios alrededor del clítoris de la jefa y chupando con fuerza. La jefa gimió y se retorció, follando la boca de Jimena con su coño. Jimena podía saborear sus propios jugos en la jefa, lo que la excitaba aún más. La jefa se corrió con un grito, su orgasmo caliente llenando la boca de Jimena. Ella tragó todo, saboreando el dulce néctar de la jefa. La jefa la soltó y Jimena se sentó, jadeando y sonriendo satisfecha.

Jimena se puso de pie, limpiándose la boca con el dorso de la mano. «¿Ya puedo irme, jefa?» preguntó esperanzada. La jefa sonrió maliciosamente y abrió un cajón de su escritorio. Sacó un enorme consolador de color rosa, más grande que cualquier cosa que Jimena hubiera visto antes. «Oh, no creo que estés lista para irte todavía, puta. Hay algo más que quiero que pruebes.» Jimena tragó saliva, su corazón latiendo con fuerza en su pecho. Miró el consolador con miedo. La jefa se acercó a ella, agitando el juguete gigante frente a su cara. «¿Quieres sentirlo dentro de ti? ¿Quieres saber cómo se siente ser follada por algo tan grande?» Jimena asintió lentamente, su cuerpo temblando de nervios.
La jefa empujó el consolador contra los labios de Jimena. «Abre la boca, puta. Chupa esto primero.» Jimena anegó con la cabeza, retrocediendo. «No quiero, jefa. Es demasiado grande.» La jefa la agarró por la barbilla, forzando su boca a abrirse. «No es una petición. Vas a chuparlo hasta que esté empapado en tu saliva.» Jimena gimió, pero obedeció. Abrió la boca y la jefa deslizó el consolador dentro. Jimena lo chupó obedientemente, sus ojos llorando mientras intentaba tomar el enorme juguete. La jefa se rió y movió el consolador dentro y fuera de la boca de Jimena, follando su garganta con el juguete gigante. «Eso es, puta. Chupa bien. Quiero que esté muy mojado para tu coño virgen.»
Jimena continuó chupando el enorme consolador, sus ojos llorosos y su saliva goteando por su barbilla y sobre sus grandes tetas. La jefa se burló de ella, disfrutando de la vista de la inocente Jimena siendo forzada a chupar el juguete gigante. «Mira eso, sabia que eras una puta en el interior. Tu saliva goteando sobre tus tetas. Parece que tu cuerpo sabe que le gusta esto, incluso si tu mente no lo hace.» Jimena gimió alrededor del consolador, su rostro enrojecido por la humillación y el esfuerzo. La jefa retiró el juguete de su boca con un sonido húmedo, dejando a Jimena jadeando y tosiendo. «Buena chica. Ahora, date la vuelta. Es hora de que sientas esto dentro de tu pequeño coño virgen.»

Jimena se puso de pie temblando. La jefa agarró el consolador empapado en saliva y lo presionó contra su entrada. «Relájate, putita. Esto va a doler si no te relajas.» Jimena gimió, cerrando los ojos mientras sentía la presión contra su coño virgen. La jefa empujó lentamente, rompiendo la barrera y deslizándose dentro de Jimena. Ella gritó, sus manos agarrando el borde del escritorio mientras el dolor la recorría. La jefa comenzó a mover el consolador dentro y fuera, follando a Jimena con el enorme juguete. «Así es. Tu coño se siente tan apretado alrededor de esto. Apriétalo más fuerte. Quiero sentir cómo te estiras.»
La jefa continuó follando a Jimena con el consolador gigante, ignorando sus lágrimas y gemidos. El sonido húmedo de la saliva y los fluidos de Jimena llenaba la oficina mientras la jefa empujaba el juguete más profundo dentro de ella. «Mira cómo se extiende tu pequeño coño alrededor de esto. Estás tomando cada centímetro como una buena chica.» Jimena sollozó, su cuerpo temblando mientras era penetrada brutalmente. La jefa retiró el consolador, dejando a Jimena vacía y dolorida. «Buen trabajo, Jimena. Ahora, quiero que limpies esto con tu boca.» Ella sostuvo el consolador cubierto de saliva y fluidos frente a la cara de Jimena. «Chúpalo completo, como una buena puta.»
Mientras Jimena limpiaba el consolador con su boca, la jefa sacó otro enorme consolador en forma de verga con arneses del cajón de su escritorio, la jefa rápidamente procedió a atarse el arnés alrededor de sus caderas. El juguete se parecía exactamente a una polla humana, con venas prominentes y una cabeza hinchada. Jimena miraba con los ojos bien abiertos de horror y nerviosismo a medida que la jefa se ponía el arnés y el consolador se alineaba con su entrada. «Ahora, puta, es hora de que aprendas lo que se siente al ser follada por una polla de verdad.» La jefa se acercó a Jimena por atrás, agarrando sus caderas y posicionando el consolador en su entrada virgen. «Esto va a doler, pero te vas a quedar quieta y lo vas a tomar como una buena chica.»
La jefa ordenó a Jimena que se pusiera en cuatro patas sobre el escritorio. Jimena obedeció temblando. La jefa se arrodilló detrás de ella, separando sus nalgas con sus manos fuertes. Jimena gritó cuando sintió la lengua de la jefa presionando contra su culo. «Shh, quieta», ordenó la jefa, lubricando el agujero de Jimena con su saliva. Ella lamió y chupó, suavizando el músculo tenso. Jimena sollozó, su cuerpo temblando mientras la jefa preparaba su culo para el consolador. Después de varios minutos, la jefa se puso de pie, limpiándose la boca con el dorso de la mano. «Ahora estás lista para recibir tu primera follada real, Jimena.» Ella posicionó el consolador contra el agujero lubricado de Jimena y comenzó a empujar lentamente.
La jefa empujó el consolador más profundo en el culo de Jimena, centímetro a centímetro. Jimena gritó de dolor, sus manos arañando la madera del escritorio .La jefa ignoró sus gritos, disfrutando de la sensación de su apretado agujero virgen rodeando el juguete. Mientras empujaba, ella agarró las pequeñas tetas de Jimena, apretándolas cruelmente entre sus dedos. «Mira cómo se ve tu cuerpo siendo usado», se burló la jefa, viendo cómo el consolador desaparecía en el culo de Jimena. «Esto se lo hago a todas las putas que trabajan en esta oficina.» Ella comenzó a follar a Jimena con movimientos lentos y profundos, el consolador entrando y saliendo de su agujero. Jimena sollozó, el dolor y la humillación la abrumaron mientras la jefa la usaba como una muñeca.

Mientras la jefa seguía follando el culo de Jimena con el consolador, deslizó su mano debajo de su cuerpo y comenzó a frotar su clítoris hinchado. Jimena gritó, su cuerpo temblando entre el dolor y el placer no deseado. «Shh, calla», ordenó la jefa, aumentando la velocidad de sus dedos. «Puedo sentir cómo te mojas. Tu cuerpo traidor está disfrutando esto.» Ella mordió el hombro de Jimena, dejando marcas mientras continuaba penetrando su culo y masturbando su clítoris. Jimena lloró, su mente dividida entre la repulsión y la creciente sensación de orgasmo. La jefa sabía exactamente lo que estaba haciendo, manipulaba el cuerpo de Jimena contra su propia voluntad.
La jefa continuó su asalto, penetrando el culo de Jimena con el consolador mientras sus dedos trabajaban el clítoris de la chica. Jimena podía sentir cómo su cuerpo la traicionaba, el placer creciendo a pesar de su repulsión. Sus piernas comenzaron a temblar, su respiración se volvió pesada y entrecortada. «No, por favor», suplicó Jimena, lágrimas corriendo por sus mejillas. «No quiero correrme así». Pero su cuerpo no escuchaba, y pronto se encontró al borde del orgasmo. La jefa sonrió cruelmente, sabiendo que había ganado. Con un último empujón del consolador y un círculo de su dedo en el clítoris de Jimena, la hizo explotar en un orgasmo violento y humillante. Jimena gritó, su cuerpo convulsionando incontrolablemente mientras el placer la consumía.
Jimena sintió una explosión de placer intenso en su culo y clítoris, su cuerpo convulsionando incontrolablemente mientras el orgasmo la consumía. A pesar de su repulsión, no pudo evitar gemir y gritar mientras ola tras ola de placer la golpeaba. La jefa se rió cruelmente, disfrutando del espectáculo de la humillación. «Mira eso», dijo, su voz llena de satisfacción sádica. «Tu cuerpo está disfrutando cada segundo de esto. Eres una puta necesitada, ¿no es así?» Ella continuó penetrando el culo de Jimena con el consolador, prolongando su orgasmo forzado mientras Jimena suplicaba que se detuviera. Pero la jefa no tenía intención de detenerse, decidida a extraer hasta la última gota de placer y humillación de su víctima indefensa.
La jefa continuó penetrando el culo de Jimena con el arnés, sus empujones se volvieron más rápidos y profundos. Jimena podía sentir cómo su cuerpo se acercaba a un punto de no retorno, su clítoris palpitando y su coño contraído. La jefa notó los signos y sonrió maliciosamente. «Eso es, puta», gruñó. «Estás a punto de tener un squirt, ¿no es así? Voy a hacer que te corras tan fuerte que inunde todo la oficina». Ella aumentó la velocidad y la fuerza de sus embestidas, el sonido de la piel golpeando contra la piel llenando la oficina. Jimena gritó, su cuerpo tensándose mientras se acercaba al borde del abismo. La jefa sabía que estaba cerca, así que sacó el consolador y presionó su mano contra el clítoris de Jimena, frotándolo furiosamente. «Córrete para mí», ordenó.»

Jimena gritó cuando la jefa presionó su mano contra su clítoris, el placer intenso demasiado para soportar. Su cuerpo se sacudió violentamente mientras el orgasmo la golpeaba con fuerza, su coño contraído expulsando chorros de líquido transparente que empaparon la mano y el brazo de la jefa. Jimena gimió, su cuerpo convulsionando fuera de control mientras el squirt parecía no tener fin. La jefa se rió cruelmente, disfrutando del espectáculo degradante. «Mira cómo te corres como una fuente», se burló. «Eres una zorra sucia, ¿no es así? Disfrutando de que te usen como una muñeca sexual». Ella continuó frotando el clítoris de Jimena, prolongando su orgasmo mientras la humillaba verbalmente.
Una vez que Jimena finalmente dejó de derramar ese liquido transparente, la jefa retiró su mano y observó cómo su cuerpo tembloroso se relajaba lentamente. Con una sonrisa satisfecha, se quito arnés y lo dejó caer al piso con un ruido sordo. «Ahora, para el postre», murmuró, antes de inclinarse y enterrar su rostro entre las piernas de Jimena. Comenzó a chupar y lamer los jugos que aún goteaban de su vagina, saboreando el sabor dulce y salado de su excitación. Jimena gimió débilmente, demasiado agotada para resistirse mientras la jefa la limpiaba con su lengua. La jefa lamió cada gota, disfrutando del sabor y la sensación de tener a Jimena completamente a su merced. Una vez que estuvo satisfecha, se sentó y sonrió a su sumisa. «Buena chica», elogió cruelmente.»

La jefa se puso de pie y se arregló la ropa y el cabello, que estaban ligeramente desordenados por el ritual de iniciación. Miró a su sumisa con una sonrisa satisfecha. «Bueno, eso fue divertido», dijo casualmente, como si no hubiera pasado nada fuera de lo común. «Ahora, fuera de mi oficina. Tengo trabajo real que hacer». Jimena, todavía temblando y débil, se puso de pie con dificultad. Avergonzada y humillada, recogió su ropa y se vistió rápidamente antes de salir de la oficina sin decir una palabra. La jefa la observó marcharse, su sonrisa se convirtió en una expresión de satisfacción y poder.

Justo cuando Jimena estaba a punto de salir de la oficina, la jefa la detuvo con un grito autoritario. «Espera un momento». Jimena se congeló y se giró lentamente, su corazón latiendo con fuerza en su pecho. «Ahora eres mi puta», dijo la jefa con una sonrisa cruel. «Y si quieres mantener este trabajo, harás exactamente lo que yo diga, ¿entendido?». Jimena tragó saliva, su mente corriendo con pensamientos contradictorios. Necesitaba este trabajo, pero la idea de ser la puta de la jefa la hacía sentir sucia y utilizada. A pesar de todo, sabía que no tenía elección. «Lo que usted diga, jefa», respondió finalmente, su voz apenas un susurro. La jefa asintió con satisfacción. «Buena chica. Ahora vete y vuelve al trabajo».
FIN
«Espero que te haya gustado este relato, creo que todas las mujeres tenemos una puta en el fondo 😈. En los comentarios abajo puedes escribirme lo que tu quieras amor. Dime si te la jalaste rico leyéndolo y si te gusto.»
-Tania
Que te pareció el relato amor?
Excelente Tania.
Sólo un detalle, en el relato inicias diciendo que es en una oficina y más adelante usas las palabras habitación y cuarto. Finalmente dices que tira el arnés al suelo y si es oficina es piso.
Éxitos amor, un abrazo
Gracias por avisarme amor… ahora mismo lo cambio
D maravilla vi como poco apoco mi vergavse iva poniendo dura y mas dura asta sentir k casi explotaba dlo dura k seme puso y logro mojarsede ina manera k kedo chorreanye se termino sin sikiera jalarmela
Me la enseñas?
Con mi verga bien parada d principio a fin termino bien mojada
Huy excelente me cautivó desdé el principio
Saludos, me encantan tus relatos y como les das realce con las imágenes, Woow, es como estar ahí, tu haces las imágenes?
Wauuu , muy bueno me encantó, no me la jale pero con unas ganas de hacerlo, y bien parado si lo tenía,
Gracias muy bueno 👍👏
Que bueno que te gusto mi amor
ME GUSTÓ!!!!
Gracias por dejarme tu comentario ❤❤
Excelente
Buena el relato es verdadero ono mas inventado
tu que crees amor
Me encanto😋
QUe es lo que mas te gusto???
Ups ,, lo insasiable y lo explícito del relato ,, que me dejo ,,,,, en un puntito para eyacular,,,,..mmmmm ,, me dejo al 200% de excitado,,, ahora ,,, pues manos a la obra ,, jeje mmmmmm…
Que bueno que te gusto amor!! ya casi termino mi siguiente relato y estoy segura que te hará explotar
Otra vez Tania me atrapas con el pene en la mano palpitando como una maquina a todo vapor para mi orgamo y otra gran eyaculacion cargada de espermatozoides deseosos de un culito. Excelente relato espero pronto puedas subir otro y que tus lectores puedan interactuar mas contigo quizá por Telegram. Me encantan tus imagenes gracias
Que bueno que te gusto Josue 😈😈 Gracias por leer mis relatos… pronto subire otro nuevo
ME INTERESA TANIA. SI SIMOS BIEN PERRA TANIA, ASÌ ESCRIBÍS Y ÉSA ES TU PEQUEÑA FOTO, LO QUE QUIERO ES CONOCERTE A VOS, TANIA. FORNICARTE. Y QUEXÑ ENTRE AMBOS ESCRIBAMOS – Y VIVAMOS – LA MÁS FRAGANTE Y EXULTANTE HISTORIA DE AMOR SEXUAL JAMÁS PUBLICADA, QUE EMPALIDEZCA A TODA LA HUMANIDAD… TE PROPONGO NOS CONTACTEMOS.
TE ADVIERTO QUE SOY UN MACHAZO, TU MACHO ARGENTINO. LLAMAME FLAMMY. COMO ME DICEN LAS CHICAS. TE AMO, FLAMMY .💕 ❤️ ♥️
buahhh increible solo una pequeña pregunta las fotos como las hace??? y porfa escribe muuuchos mas que mi verga lo necesita
Claro que sigo escribiendo amor… dime de que te gustaría que escribiera?? lesbianas?? casadas?? cuñadas?? dime amor
trio 2 hombres y 1 mujeres todos casados y q luego aparezca otra mujer pero lesbiana
Que excitante amor 💖💖 en estos momentos estoy escribiendo uno sobre parejas swinger.. tal ves incorpore un poco de eso
q buena idea cariño porfavor sacalo pronto q no aguanto masss
Si es verdad cada vez va creciendo mi verga y se llega a mojar con el líquido de coco y apunto de estallar nunca dejes de escribir ……. como te digo tienes un don mágico……. como serás en la vida real……
gracias bb